Julieta Schallenberg explicó que uno de los pilares actuales de la estrategia contra los efectos del cambio climático en Canarias es la implementación de sistemas de alerta temprana. Estos sistemas, ya en funcionamiento desde marzo, permiten avisar a la población con hasta 48 horas de antelación ante posibles fenómenos adversos, como inundaciones por subida del nivel del mar. Aunque no pueden evitar los eventos, ofrecen tiempo para que las personas se preparen y reduzcan riesgos.
La viceconsejera informó sobre el desarrollo de varios proyectos de infraestructura destinados a mitigar los efectos de la subida del nivel del mar. Son iniciativas costosas debido a su localización en el entorno marino, y aunque están en distintas fases, algunos ya cuentan con presupuestos asignados. Destacó el caso de un proyecto avanzado en Las Galletas, en Tenerife, que está a punto de cerrar su financiación y cuenta con la colaboración del Cabildo, el Ayuntamiento, el Gobierno de Canarias y el Estado.
El proyecto de Las Galletas, considerado prioritario y singular por su alcance, incluye el rediseño de una carretera afectada recurrentemente por la subida del mar. La actuación consiste en trasladar la vía tierra adentro y dejar una zona inundable entre la costa y la nueva carretera. Esta área se convertirá en un espacio verde y de esparcimiento, diseñado para absorber el agua y permitir su retorno al mar, protegiendo la nueva vía y las zonas habitadas tierra adentro.
Schallenberg subrayó que no existe una solución única aplicable a todas las zonas afectadas. Cada isla presenta condiciones marinas, corrientes, batimetría y construcciones distintas, lo que obliga a estudiar cada caso de forma específica. “No hay una varita mágica”, recalcó, señalando que la complejidad técnica y el alto coste de estas obras son constantes en la planificación de soluciones costeras.
La viceconsejera recordó episodios recientes de inundaciones en Gran Canaria, Lanzarote y Fuerteventura, destacando las imágenes impactantes del barrio marinero de San Cristóbal, donde el agua llegó a alcanzar la cintura de los residentes. En Gran Canaria, se han recibido propuestas concretas desde San Cristóbal y El Burrero, donde las comunidades han solicitado apoyo para proyectos de protección costera. Estos casos demuestran la urgencia de actuar ante una amenaza cada vez más frecuente en el archipiélago.
ACFI PRESS